Los Amigos son
flores plantadas al largo de nuestro camino para que sepamos
encontrar primavera el año todo.
Y cuando el otoño llega lleno de belleza y
melancolía, los amigos están presentes nos trayendo alegría; y
cuando el invierno viene frío y oscuro, trayendo añoranzas y noches
largas, los amigos nos traen calor y luz con el brillo de su
presencia.
Y esas flores bellas perfuman nuestra existencia
y tomamos conciencia de que no estamos sólos.
Sí, los amigos son
flores que duran un año o un día, no causa trastorno, porque lo
importante son las marcas que dejan en nuestras vidas.
Las horas
compartidas, horas de cariño, amor y cuidado. Un amigo que se dona
sin querer saber si va a tener un retorno, que se entrega por el
placer de ver la felicidad del otro es una flor rara que merece
cuidados especiales, un ser grande y importante que nos da la gana
de llorar sólo por el hecho de saber que él existe.
Es alguien que
consigue llegar hasta nuestra alma... es un presente de Dios.
Si todo el mundo nos volver las espaldas y enmedio
a ese mundo una flor, ni que sea una única flor así nacer en nuestro
jardín, entonces toda la vida ya habrá valido la pena.
Letícia Thompson
leticiathompson@skynet.be
Traducción al
español:
Dorcila Garcia
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