Todo muere un día.
Un año también muere, implacable,
En la hora determinada.
Mueren amores y mueren sueños,
Mueren las horas pasadas.
Pero cuando la última puerta se cierra,
Una nueva ventana se abre,
Prometedora.
Renace el año,
En la hora marcada.
Nuevos amores y nuevos sueños,
Nuevas horas esperadas.
Y cuando la ventana se abre,
Llena de promesas,
Se abre nuestro corazón,
Esperanzado.
Vistamos entonces
Nuestros mejores sueños
Calzemos nuestros mejores zapatos.
Miremos al año que pasó
Con ojos agradecidos
Y para lo que llega
Con el corazón abierto
Para recibir
Con alegria, fe y coraje
Todo lo que él tiene
Para nos ofrecer.
Letícia Thompson
contact@leticiathompson.net
Traducción al
español:
Dorcila Garcia
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